Todos tienen
una pasión en la vida, y para los patinadores, nuestra pasión puede consumirnos
totalmente.
El
skateboarding se convierte en lo único en lo que podemos pensar. Y para
algunos, esa obsesión puede convertirse en un ingreso económico. Pero no todos
son tan afortunados para ganarse la vida haciendo lo que aman. El resto de
nosotros aún tiene que levantarse cada día para ir a la escuela o a trabajar,
para lograr los sueños que tenemos y asegurarnos un buen futuro. Nada en esta
vida que valga la pena se logra fácil.
Hay días que
preferimos hacernos los enfermos e ir a patinar, pero la responsabilidad llama,
y los trucos tienen que esperar para más tarde. Puede ser que vayamos la
escuela o a un trabajo de oficina o a algo que hacemos sólo temporalmente,
invertimos el tiempo necesario; pero siempre nuestra mente está concentrada en
algo más: en patinar; y andamos pensando en nuestros sueños de patineta durante
el día.
Cuando
acabamos con los deberes de la escuela o el trabajo, no hay mejor sentimiento
que el que nos da tomar la tabla, salir a la calle y dejar las otras ideas
atrás. Estos son los momentos que hacen que todo valga la pena. Incluso cuando
estamos patinando, las cosas no son perfectas. Los lugares que patinamos ayer
puede que no estén disponibles hoy; y no hablemos de la gente loca que no nos
quieren que conocemos en las calles. Pero tenemos que ser capaces de sacarnos
esto de la mente y seguir adelante sin importar lo que pase. Algunas veces es
más fácil rendirnos. Todos podemos tener un mal día. Y algunas veces el detalle
más pequeña nos devuelve la cordura. En estos momentos podemos perder la
perspectiva y necesitamos algo… o a alguien que nos ayude a centrarnos.
Con el estrés
de la vida diaria podemos olvidar fácilmente que el skateboarding es nuestro
escape, no la causa de nuestros problemas. Momentos como estos pueden ayudarnos
a recordar el por qué empezamos a patinar. No lo empezamos a hacer para
convertirnos en súper estrellas, nunca esperamos hacer dinero de esto, y no
queríamos convertirnos en el héroe de nadie. Lo único que queríamos del
skateboarding era la diversión y la libertad que brinda. Y nos preguntamos:
¿por qué nos esforzamos tanto por algo considerado tan poco importante? Pero no tenemos que buscar las respuestas,
porque están justo enfrente de nosotros: hacemos algo que amamos, hacemos buenas
amistades en el camino, y lo más importante, podemos ser nosotros mismos.
Al final del
día, cuando lo dimos todo, no se sabemos cómo nos vaya a ir después. Pero si no
tuvimos éxito hoy, siempre podemos intentar de nuevo mañana.
FELIZ NAVIDAD Y UN GRANDIOSO 2015 PARA TODOS LOS MIEMBROS DE MI
ESTIMADA COMUNIDAD SKATE.
Tu amigo,
Valentín (Gabriel Choza).
Adaptado de Skateboarding- Relentless Energy Short Stories.